viernes, 29 de agosto de 2008

Mi marido



Lento a estruendos de tu exhalación, idóneo de tu razón, lluvia de tus ojos perfumando tus sentidos. Perplejidad por sollozar en tu morada de pasion. Jugar y luego amar entregar y luego fallar, porque en lo alto de tu pedestal me dejo desmayar, inclinada dentro de mis llagas te vuelvo a besar, te amo y note dejo de amar, oh Jesús déjame estar cerca de tu soledad a donde nadie aya podido llegar, clemente de tu amar, prudente de mi mirar, no te dejare de amar.

Por: Miriam Camona

0 comentarios: