
Te llevaste mis ojos, mi atención, volaste como angelical sobre mí, pero lastimosamente te perdiste en la distancia.
Esa misma distancia que no me permitió desnudar tu alma y tu cuerpo, arrebatar con muchas caricias tu corazón, y tener quizás la posibilidad alguna, de mirarte y poseer cuanto eres, y cuanto quieras ser conmigo.
Fueron solo unos segundos, cortos, sin motivo, sin sentido, rojo y rojo que placer, pero para mi, fue mas tu aparecer, que ilumino por un instante disyuntivo.
Y sentí que lo sabias, que lo sabíamos, que lo queríamos, que lo anhelábamos y en ese momento estuve enamorado.
Segundos pocos, nulos, pero únicos, ciertamente suficientes, para querer volver a verte.
Solo, Instantes, efímeros, indolentes, pero lejanos para talvez volver a encontrarte.
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